jueves, 31 de diciembre de 2009

TRAIGO EL PASO CANSADO

He salido esta mañana a enfrentarme a la cotidianidad, y me sentí el paso cansado.
Sentía como si el viendo hiciera su mejor esfuerzo por detenerme, me sentí traicionado por mis pies. Mis brazos prácticamente no se movían y mi mente divagaba y me hacia mirar de vez en cuando al cielo.

De pronto pensé que la vida quería decirme algo, me gritaba que me detuviera. Era el tiempo de pensar, de evaluar cada momento porque estoy en un punto de no retorno. Sentí sobre mí el peso de la sentencia de no poder comenzar de nuevo. Porque comenzar de nuevo significaría borrarlo todo y comenzar desde cero, esa preciosa oportunidad a este punto de mi vida es simplemente imposible. Solo me queda tratar de hacer de lo vivido las vendas que cubran mis pies para recorrer el resto del camino pero, traigo el paso cansado.

Recorrer mi vida en un trayecto que normalmente es de 20 minutos no sería fácil, pero traigo el paso cansado. Eso me dio el tiempo para correr la cinta, pensar en los pocos amigos, en los amores, en lo aprendido. Descubrir que hay un secreto en el aire que va modulando todas las formas que vemos, que sentimos y que queremos. Estar preparado para eso ameritaba llegar a este punto, donde ya no puedo comenzar de nuevo, donde solo puedo tomar lo vivido como vendas que cubran mis pies para el resto del camino y yo, traigo el paso cansado.

Este es el lugar exacto, donde convergen todas las dudas, el principio de todas las respuestas, es el punto donde solo quedan tu y la vida, el universo y tu espíritu, lo que piensas y lo que sientes. Y yo… hoy traigo el paso cansado.

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